18/01/24
Hace unos días se publicó la cuarta edición del estudio global anual de Adecco, Global Workforce of The Future 2023, el cual se realizó a 30.000 trabajadores en 23 países de 25 industrias (desde principiantes hasta altos ejecutivos) y se enfocó en identificar la preparación y el sentimiento del capital humano ante los impactos de la Inteligencia Artificial (IA- se refiere a sistemas de computadoras que pueden realizar tareas inteligentes, como el aprendizaje automático y toma de decisiones), y la (Inteligencia Artificial Generativa (IAG) – es subárea de la IA que se enfoca en crear contenido artificial que se asemeja al producido por los humanos, como los chatbots), dentro del trabajo, ofreciendo recomendaciones para preparar a la fuerza laboral para el futuro.
Dentro de los principales hallazgos del estudio se evidenciaron seis grandes descubrimientos:
Aunque el 70% de trabajadores utilizan esta tecnología para su día a día laboral, menos de la mitad reciben algún tipo de formación sobre ella por parte de sus empleadores. Además, se evidencia una gran brecha educativa, en donde el 76% de los profesionales hacen uso de esta herramienta frente al 51% de los que tienen educación secundaria, así mismo, el 66% de los líderes tienen más probabilidades de recibir entrenamiento sobre el uso de la IA en comparación con el 32% de los no directivos.
También, el 57% de los encuestados expresaron que les gustaría ser capacitados en IA, lo que se traduce en una oportunidad para que las empresas comiencen a implementar esto dentro de sus planes internos de formación.
El 62% de los colaboradores tienen una perspectiva positiva sobre la IA, lo que impulsa su adopción generalizada, y solo el 7% cree que la IAG podría causarles la pérdida de sus empleos, aunque estimaciones recientes indican que más de 300 millones de trabajos en el mundo se verán afectados por la IA de alguna manera, por lo que para cerrar la brecha, las compañías deben enfocarse en implementar medidas de mejora de habilidades a escala de manera urgente.
El 61% de los empleados cree que las habilidades humanas seguirán siendo más influyentes que la IAG en el mundo laboral, especialmente la inteligencia emocional, empatía y las competencias interpersonales, por lo que cultivar estas aptitudes requerirá llevar a cabo actividades para conectar al personal con el coaching, el desarrollo del liderazgo y la capacitación.
Para esta versión del estudio, aumentó en un 10% el número de trabajadores que indicaron que tienen la intención de permanecer con su empleador actual durante los próximos 12 meses, es decir, que pasó del 61% en 2022 al 73% en este año. Sin embargo, la mayoría solo planea quedarse si tienen acceso a oportunidades de formación y crecimiento profesional, por lo que para retener e involucrar a los trabajadores, es fundamental que las empresas alienten y apoyen el aprendizaje permanente y las oportunidades de movilidad interna, que para la mayoría, son más importantes que el salario a la hora de decidir si quedarse o retirarse de una organización.
El 56% cree que sus habilidades son transferibles a otros roles o industrias, y la mayoría asegura que tiene la intención de tomar un mayor control de su mejora de competencias. Además, la fuerza laboral de servicios tecnológicos, profesionales y financieros tienen más confianza en que sus habilidades pueden implementarse en otros cargos o sectores, en comparación con trabajadores de seguros, automotores y defensa. En conclusión, el cambio de una economía basada en el empleo, a una centrada en las habilidades, se está produciendo rápidamente y en consecuencia, las organizaciones pueden ayudar a sus colaboradores a mantener actualizadas sus habilidades invirtiendo en desarrollo para todos en todos los niveles.
El 65% afirma que ha sufrido agotamiento, donde los mandos directivos como gerentes, están más agotados que cualquier otro nivel (68%), agravado por despidos, y el 44% reporta que asumió más responsabilidades después de las desvinculaciones. Por otro lado, el 78% de la fuerza laboral tampoco se siente apoyada para tomar sus vacaciones anuales completas. En definitiva, los resultados de este año, reafirman una de las lecciones más importantes de la pandemia: las organizaciones deben poner a las personas en primer lugar invirtiendo en su bienestar.
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