03/05/23
Nunca está de más hablar sobre posibles riesgos laborales y cómo poder evitarlos. A continuación, les mostramos un listado con los 10 peligros principales que ocurren con bastante frecuencia en el ámbito laboral. Aunque hay mucho más, es recomendable prestar atención incluso a lo más básico. Os recomendamos informaros siempre de lo que podría causar peligros potenciales y cómo evitarlos.
Las caídas por tropezarse con quién sabe qué (superficies de suelo irregulares, suelos mojados, cables sueltos, etcétera) son la causa más común de lesiones en el trabajo. Los empleadores han de asumir una serie de gastos importantes para cubrir estos percances, los cuales podrían evitarse siguiendo al pie de la letra las normas. Es responsabilidad de los empleadores y los lugares de trabajo asegurarse de que los empleados trabajen en un entorno seguro.
Ocurrirán accidentes, pero hay medidas sencillas que se pueden tomar para garantizar la seguridad de los empleados, como limpiar posibles derrames de fluidos, reordenar los equipos (especialmente si hay cables colgando) donde corresponde, mejorar la iluminación y exigir a los trabajadores que usen calzado adecuado y/o de seguridad siempre que sea necesario.
Todo cable pelado puede causar daños a las personas, ya sea por tocarlo directa o indirectamente a través de algún tipo de objeto o material conductor. Los voltajes superiores a 50 voltios de CA (120 voltios de CC) se consideran peligrosos y deben ser manejados adecuadamente. Por desgracia, cada año ocurren ciertos accidentes eléctricos en el ámbito laboral que son fatales. Los golpes pueden causar lesiones graves y permanentes. Estos son causados por equipos defectuosos, que siempre pueden ser revisados a modo de medida preventiva.
Algunos pasos básicos de seguridad eléctrica incluyen: hacer un mantenimiento regular de todas las instalaciones eléctricas, elegir el equipo adecuado para el trabajo y reemplazar las secciones dañadas de los cables. Los electrodomésticos defectuosos a veces también pueden provocar un incendio.
Los negocios que tienen estándares de limpieza deficientes, acceso público y equipos con mantenimientos deficientes tienen más riesgo de verse perjudicados por incendios. Junto con los edificios, individuos y contenido pueden verse afectadas y, una vez más, existen medidas preventivas para evitar que suceda algo peligroso. Probablemente todos hayamos aprendido lo necesario en el colegio con relación a la prevención de incendios, por lo que contar con alarmas y detectores de incendios en todo el edificio debería ser una obviedad. Probarlos con frecuencia es una forma de mantener un edificio seguro, además de asegurarse de que seguirán funcionando con una fuente de alimentación de respaldo diferente en caso de cortes eléctricos. Los empleados deben saber cómo funciona el sistema de alarma y se deben establecer y dar a conocer a todos los trabajadores planes de escape adecuados.
Los extintores de incendios en todo el edificio (y el mantenimiento de todo el equipo de extinción de incendios) forman parte de un plan de acción común en el lugar de trabajo en caso de emergencia. Si los empleados trabajan alrededor de llamas, se debe exigir ropa ignífuga. Los materiales altamente inflamables deben manipularse adecuadamente, los equipos eléctricos que no se utilizan deben apagarse e incluso algo tan simple como apagar completamente una colilla son medidas de precaución. Tanto los empleadores como los empleados desempeñan un papel fundamental en la prevención de incendios en el lugar de trabajo.
Los lugares que en su mayoría están cerrados pueden convertirse en lugares peligrosos para trabajar. Las cámaras, los tanques, los silos, las cubas, los pozos, las zanjas, las alcantarillas, los desagües, los conductos y las habitaciones sin ventilación o mal ventiladas pueden aumentar el riesgo de muerte o lesiones graves. La soldadura, la pintura, el oxicorte y el uso de productos químicos en áreas pequeñas pueden crear condiciones de trabajo peligrosas. Una formación deficiente puede lesionar no solo a los trabajadores confinados en estos espacios, sino también a quienes intentan rescatarlos.
Otros aspectos a tener en cuenta en la prevención de riesgos relativos al trabajo en espacios confinados es la falta de oxígeno, el gas venenoso, humo o vapor, líquidos y sólidos que ocupen de manera repentina el espacio confinado o liberen gases en él, fuego y explosiones, residuos que quedan pueden emitir gas, humo o vapor, polvo y condiciones de trabajo donde haga mucho calor.
Una forma bastante obvia de reducir el riesgo de trabajar en espacios confinados es evitar entrar en ellos. ¿Es realmente necesario ir a dicho lugar y trabajar allí? Si es absolutamente inevitable, sigue al pie de la letra las precauciones de seguridad. En estos casos, el personal debe contar con capacitación e instrucciones adecuadas para completar de manera segura cualquier trabajo necesario y hacer supuestos de emergencia incluso antes de comenzar a trabajar.
Los peligros físicos son algunos de los peligros más comunes y se dan en el lugar de trabajo con demasiada frecuencia. Cables eléctricos desgastados, maquinaria sin protección, partes móviles expuestas, vibraciones y trabajo desde escaleras, andamios o altura.
Seguramente te topes con alguno de estos peligros a lo largo de la jornada laboral. Haz lo que se supone que debes hacer (es decir, centrarte en tu trabajo y no hacer acrobacias tontas) ayudará a mantener un ambiente de trabajo seguro. Los empleadores deben garantizar la seguridad de los empleados, y eso incluye educar a los trabajadores sobre cómo operar, evitar y cuidar adecuadamente el equipo de trabajo.
Cuando el tipo de trabajo afecta a la posición del cuerpo, puede conllevar riesgos ergonómicos. Dado que no siempre te afectan de inmediato, pueden resultar difíciles de identificar. Los movimientos repetitivos e incómodos podrían estar afectando a la espalda, la postura o algo más. La ergonomía se usa para reducir el desgaste del cuerpo que eventualmente puede hacer que una tarea sea difícil, o incluso dolorosa.
Para mejorar la eficiencia, aumentar la satisfacción laboral y reducir el riesgo de fatiga, dolor a corto plazo o enfermedades, es importante incorporar principios ergonómicos en el lugar de trabajo. En lugar de hacer lo mismo una y otra vez, la variedad de tareas minimizará los movimientos repetitivos. Tener un ritmo de trabajo adecuado le da tiempo al cuerpo para recuperarse tras ciertos movimientos, como levantar peso. Periodos de descanso entre tareas también ayuda.
La capacitación puede ayudar a los empleados a aprender exactamente cómo completar las tareas de la mejor manera posible para evitar tensiones y lesiones. La organización es otra idea a tener en cuenta para hacer que el lugar de trabajo sea más eficiente: tener herramientas, materiales y equipos al alcance de la mano no hace que los empleados sean perezosos… estas estrategias mejorarán la producción y harán que los empleados se sientan cómodos con su entorno laboral.
Son estos, precisamente, los que pueden hacer que los espacios confinados sean tan peligrosos. Cuando estás expuesto a cualquier compuesto químico (ya sea un sólido, un líquido o un gas), estos pueden ser peligros potenciales. Los productos de limpieza y disolventes, los vapores y los humos, el monóxido de carbono, la gasolina y los materiales inflamables son cosas que afectan a la salud. Pueden producirse irritaciones en la piel, quemaduras, lesiones en los ojos y ceguera si no se tiene cuidado. Los disolventes pueden arder fácilmente y las latas de pintura en aerosol pueden explotar. Las sustancias peligrosas estarán etiquetadas e incluirán símbolos con diferentes niveles de clase, para saber cuándo tener cuidado. Lee siempre dichas etiquetas y sigue las instrucciones y precauciones con precisión. Si no sabes cómo usar correctamente un producto, no lo uses.
Protégete a ti mismo y a quienes te rodean desechando los productos químicos de manera adecuada. Reducir el uso de este tipo de productos peligrosos es una manera de mantener seguro el lugar de trabajo. Contar con ventilación adecuada, lavarse las manos, minimizar la exposición a productos químicos, tener al día las revisiones del equipo para evitar fugas y averías y usar materiales de protección personal, como guantes resistentes a productos químicos, minimizan los efectos de estas materias.
La sangre u otros fluidos corporales, las bacterias y los virus, las picaduras de insectos y los excrementos de animales y pájaros se consideran peligros biológicos. Estos también se denominan agentes biológicos y pueden causar enfermedades en los humanos. Los gusanos parásitos y algunas plantas son agentes biológicos. A través del contacto físico se pueden contraer estas enfermedades, por lo que es importante practicar una buena higiene personal.
Algunos agentes infecciosos se transmiten directamente (a través del contacto físico, las gotitas de un estornudo o tos, o por una inyección o punción), mientras que otros se transmiten indirectamente (al adherirse a los alimentos, el agua o los cubiertos, cuando un insecto los transporta de una persona infectada a una no infectada, o cuando se inhala a través del aire).
Dado que puedes contraer infecciones víricas, como paperas y sarampión, es recomendable que tengas todas las vacunas puestas. Límpiate y desinféctate las manos siempre que puedas. Si manipulas materiales de desecho biopeligrosos, hazlo de manera segura. Incluso si crees que está limpio, la sangre y cualquier otro fluido corporal siempre debe manipularse como si pudiera ser infeccioso. El uso de equipo de protección personal, como guantes y máscaras son vitales para prevenir infecciones.
El asbesto merece su propia clasificación: puede provocar dificultades respiratorias y mesotelioma (un tipo de cáncer) al estar expuesto a él. Las fibras de asbesto pueden atravesar los pulmones y permanecer allí durante años. No hay forma de eliminar las fibras una vez que han llegado a los pulmones y, hasta el momento, no hay cura para las enfermedades que causan.
Hay tres tipos de asbesto: marrón (amosita), azul (crocidolita) y blanco (crisotilo). Todos estos son potencialmente peligrosos. Las fibras son duraderas y resistentes al calor y las llamas. También son delgados y flexibles, y se han utilizado en proyectos de construcción de viviendas, edificios industriales, automóviles y demás, principalmente aquellos construidos o montados antes del 2000.
Los trabajadores que tienen que realizar tareas de mantenimiento en edificios con amianto son los que corren mayor riesgo. Podemos encontrar este compuesto en el aislamiento, la protección contra incendios y las pinturas empleadas en los edificios.
Los ruidos fuertes en el lugar de trabajo pueden causar daños permanentes en la audición. Esta puede ocurrir progresivamente o puede ser causada inmediatamente por la exposición a ondas sonoras muy fuertes debidas a explosiones o herramientas accionadas por cartuchos. Si trabajas en un lugar ruidoso, como una fábrica o un sitio de construcción, o incluso en un aeropuerto, formas parte del personal que mayor riesgo corre. El hecho de que estés acostumbrado no significa que no afecte a tu audición.
Si las personas tienen que alzar la voz para ser escuchadas incluso a un metro de distancia, es una buena indicación de que el nivel de ruido está alcanzando un nivel dañino. Los empleadores deben proporcionar instrucciones a los trabajadores sobre cómo minimizar el riesgo, por ejemplo, usando protección auditiva. El mantenimiento del equipo es importante, como siempre, y los empleadores deben trabajar para reducir las fuentes de ruido siempre que sea posible. Encerrar la maquinaria ruidosa lejos de los trabajadores puede ayudar, y limitar el acceso a las áreas ruidosas puede marcar una gran diferencia en el control de la exposición.
Independientemente de cuál sea el trabajo, hay que mantenerse seguro
Información tomada de The Adecco Group Institute