18/02/15
La motivación es muy importante en muchos aspectos de nuestra vida, y muy especialmente en el trabajo. Si estamos felices con lo que hacemos, generaremos un mejor ambiente para nosotros y nuestro equipo; y seremos más productivos, con lo cual podremos disminuir el estrés del día a día. Acá te daremos unos sencillos consejos para estar más en armonía con nuestras labores diarias.
1. Analiza por qué pierdes la motivación.
Evaluar qué es lo que te hace estar desanimado es el inicio. Saber cuáles son los detonantes del aburrimiento y descontento, te ayudarán a buscar las soluciones y herramientas para cambiar. Seguramente no podrás dejar de hacer lo que te molesta, pero sí potenciar lo que te hace sentir satisfecho y con esto podrás cambiar tu estado de ánimo.
2. Sé apasionado, optimista y positivo.
Es cierto que en el trabajo podemos caer en la monotonía y el pesimismo fácilmente. Pero evitarlo está en tus manos. Busca responsabilidades más allá de tu área de trabajo e involúcrate en nuevos proyectos. Si lo que haces no es lo que realmente querrías estar haciendo, haz un ejercicio de optimismo y busca qué es lo que te aporta y en lo que te puedes apasionar. Sé positivo y así enfrentarás las situaciones complejas de una forma más eficaz.
3. Hacer listas
No hay mejor manera de motivarse, que visualizar qué es lo que tenemos que hacer y ver cómo vamos depurando tareas. Anótalas todas y organízalas según prioridad, esto nos ayudará a comenzar la jornada motivados. A primera hora de la mañana empieza con una tarea compleja. Una vez realizada, tu motivación mejorará y el día empezará sin una carga pesada encima. Revisa constantemente la lista y verás cómo mentalmente todo empieza a cambiar.
4. Descansa 10 minutos cada hora de trabajo.
Estar mucho tiempo haciendo lo mismo puede hacerte perder el entusiasmo y generar desespero después de un tiempo. Cuando lleves más o menos una hora de trabajo, tómate un descanso breve de diez minutos. Pero, ¡ojo! esos minutos debes aprovecharlos para hacer algo. Por ejemplo, leer algún artículo que tienes pendiente, hacer alguna llamada o simplemente hacerte un café. Estas pausas harán que tu mente se relaje.
5. Organiza tu espacio de trabajo, el escritorio de tu computador y tu correo electrónico.
Poner orden el papeleo que tenemos encima de la mesa, etiquetar correos electrónicos y archivar todo lo que tenemos en el escritorio del computador en carpetas debidamente clasificadas, hará toda la diferencia. Con un entorno ordenado seguramente tendremos más ganas de ser productivos, un detonante de desespero, puede ser no encontrar lo que necesitas a la mano para trabajar. Busca evitar todo lo que puede generarte un mal estado de ánimo.
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